
Agoniza el deseo en su hebra de mudez
dentro de sus zigzagueantes preguntas,
fue la invención del laberinto
lo que dio vida a su espejo de revés
un vestíbulo, una galería, un delta
cálidos vericuetos del sagrado recinto
sustrae una pita de su boca
el verbo divino que le da la pista
pero no encuentra
como quitarse el polvo de los ojos
y en el sitial no aparece
ningún laberinto, y se pierde
en el límite de lo virtual y lo real
se desliza una imagen de sus sueños
se deshebra el ovillo de olas íntimas
a la par caen los muros de las ánimas
y se evaporan calles de otros dueños
Viene el día y no encuentra que decirle
llega la noche a romper su atadura y a ceñirle
están las cifras de sus cifrados estereotipos
arrobadas en el tibio recuerdo del anticipo
sus labios húmedos, el susurro tiernísimo
más allá del mismísimo órgano y su delicia
el orgasmo se bebe el espacio y el tiempo
con vibraciones torrentosas, ígneos gemidos y cantos
el todo, nada entre los laberintos de su cuerpo
y la nada fluye entre mis curvas y encantos