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domingo, agosto 22, 2010

Descubriendo nuevos mundos

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(...) [¡Arleq!]... te diré así por darte un nombre que te concrete, por saber que grabar en tu cripta invisible, (ojala fuera real eso de ser lunático congénito) para atrapar el frío de esos mundos imposibles.

Me asustas con tu fragancia a canciones apiñadas (quizás solo sean muertos apilados) tantos consuelos acechando… llegaste ayer sobre la luna llena, girando y cabalgando en sus rayos ocultos entre México y Argentina.

En estas letras te acercas a mí, con tu dolor de sangre de tantos siglos, con tus labios de navaja. …huele a muerte o a miedo de otra muerte, no se si la tuya o la mía. …al acercarme siento tus latidos y brilla algo intangible en tu nueva [triple] faz, [¿un hombre diferente?] apetecido. …tocas mis suspiros y te vas de nuevo (¿y porqué siempre te vas con la luna?)

Sí te quedaras, sí solamente soplara luz esta noche de plenilunio. Sí tras el telón del escenario no hubiera fondo, sino sólo dos manos llenas de caricias claras y resplandecientes... componiendo para la palabra amor el más maravilloso poema viviente, para no capitular jamás. Sí las sábanas de tu piel, (pavimento de mis entrañas), se abrieran sobre la ladera de mis montañas. Si el pedestal de tus deseos mirara con gesto suplicante a la sacerdotisa de rondas carmesíes...

…vuelven el sol y tu ausencia a herirme cada mañana con un sí, que quiere decir no, (no digan si, cuando quieran decir no) …calabozos disfrazados de futuro pinchan mis ojos con dudas arrogantes (¿son sus mundos o son mis sueños?) [¿una mujer diferente?] que apetece.

el eco lujurioso de los ríos que fermento se vuelven mi tormento, por eso sólo quiero arrojar mi cuerpo en la hierba de tu pubis potente. tu hermoso silencio es un túnel bajo mi piel, placer que no se hiela en el interior de tus misterios... que no daría yo porque un brazo tuyo se deslizara por debajo de mi vientre, por lo menos los estremecimientos de mis honduras ya no me causarían tanto miedo ni desasosiego y todo lo miraría distinto...

y te ví... galante, eterno transeúnte de mis cámaras secretas
apostado bajo el arco del placer triunfante (sí solamente excavaras en el fuego de mis entrañas) con la partitura de tus ojos penetrantes

tenia que mirarte como un embajador de mi crepúsculo bajando del cielo... viví y aluciné desparramando, ahora soy crisálida respirando libertad sobre los senderos que me transportan a la cima de la vía láctea

…o vi tus ojos esconderse temprano en el espejo, haciendo clic en una hendidura que rueda en gotas de vida, al compás de taquicardias inyectando silencios y surrealismo. (sí, si es posible un hombre distinto, una mujer distinta, entonces, sin duda es posible un mundo distinto)

porque vi en ti el arcano de dimensiones completas, trayéndome el mensaje de un nuevo cielo y una nueva tierra...

(....)

martes, agosto 10, 2010

Ojos deseados

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Pájaros perdidos con sus ojos deseados

me están mirando me desnudan me cubren


inevitables, incesantes, íntimos sueños,

me desnudan con insistente indeleble lividez

libidinosa, según la tradición de lo tradicional

el ojo va cubriendo su desvelo, velo desvelado


humillada soberbia amante, obstinado deseo

como un circulo sin fin, ofendida o apaciguada su furia

sus ojos de pájaro me miran confundida, especular

menos bella quizá Y no es nada personal


pero ya no puedo con ellos, ya no puedo sin ellos

ya no sé quien soy, ya no sé quien me mira

ya no sé ¿Quién dijo hasta aquí el amor, hasta aquí el odio?

¿hasta aquí el límite de lo ilimitado?


Yo misma me detesto por mi sed irrefrenable de que me mire

con ojos que me den muerte, ojos certeros, lúdicos

en la oscuridad me miran con gozo

me están mirando desde mí, estoy en ellos


soy quien me esta mirando desde un espejo

yo misma soy sus ojos, que me están mirando

confundido lo ruin con lo divino


Soy quien me esta mirando, a quien molesta

mi humana condición que me amuralla

sangran sombras entre mentes lúcidas


pájaros extraviados de mis escenarios

la brecha que nos separa está en el vacío

en el veneno sutil que por instantes nos hace feliz

una felicidad que fastidia… y no va más


¿Quién dijo alguna vez hasta aquí no más?

¿hasta aquí el fuego que me tienta?

¿hasta aquí el perfume o hasta aquí el aire pestilente?

¿Quién dijo?


¿Quién da zarpazos cuando hinca los dedos en la espalda?

ahora me está mirando, se desnuda, es él

mi carne contigua


él es mis ojos que me miran

que me están mirando que me sienten

que me resienten y yo ya no sé quien soy




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