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miércoles, abril 30, 2008

UN VIAJE IMPREVISTO


A través del correo electrónico me llega la oferta de un contrato de trabajo. Así de la noche a la mañana se materializa un viaje imprevisto por tierras nicaragüenses aledañas al mar Caribe. Por e-mail o por teléfono casi me obligan a programar el futuro. Vienen a mi memoria fe­chas de un año atrás para después inclinarme al silencio y la reflexión ¿con cuanta acción e inacción cuento?. Se que me cuentan muchos cuentos pero… ¿Puedo contar con un día más, con un mes o un si­glo? ¿Y si firmo el contrato y luego muero o más bien lo cumple un cadáver, o no lo cumple y me lleno de remordimientos póstumos?

Así tendrá que ser, consumida por una fiebre letal; ¡la búsqueda! –no le encuentro remedio -. Hoy firmo para den­tro de seis meses y medio estar otra vez a orillas del Cañón del Sumidero, al lado de Arístides y los amigos de San Cristóbal de la Casas y Chetumal. Y si no firmo no es que no voy, es decir, ni no, ni sí, y no que no voy, porque sólo puede no ir quien estuvo a punto de ir, pero yo ya estoy yendo. Aterrizo en Managua y allá voy con la pluma en la mano, cobijada por el ceniciento manto de la noche.

Así en proyecciones la vida se va pasando y pasa, se va cumpliendo u omitiendo, mientras voy meditando, ya de viaje en mi trayectoria -y escribiendo— deslizándome en una panga por el río Escondido, un paisaje al amanecer, una colina inesperada, viaje expreso y exprofeso, hacia la ciudad de los campos azules, el puerto de Bluefields.

El viaje que lo realizo en compañía de Javier y Marisol es pesado, lento, por momentos lentísimo, entre firma y llegada, pero el ser rápidamente imanta su destino conforme al pre­sente y el pasado, eriza el futuro de las limaduras de la vida, encaramada en campos gravitacionales subliminales pongo polo a cielo y tierra. Al fin y al cabo es una ilusión más que no tenía, que no existía ayer... - (J se ríe y yo lo disfruto como cualquier pitonisa enamorada de sus profecías ) -.

martes, abril 22, 2008

Lo que veo en tus ojos



La espuma se deshace en los dedos. Adelante, más al horizonte, acercándose del futuro, entre gladiolos y polvo de estrellas movedizo, estás tú y no me comprendo.

Si acierto es porque me miras. Árbol del conocimiento, terco empeño de jugar con el bien y el mal. Ignorancia dirán algunos, ahí está pre visualizada la ima­gen de la persona, siendo, agrupando tañidos de pasión, como a la hora de verse cara a cara con la muerte. Lucidez visionaria entre la dispersión del egoísmo.

Me llego al nítido espejo con timidez, con el terror del cono­cimiento falseado no compartido, que engendra sucesos para el fanáti­co. Pasan rápidos chacales y oasis, palomas entre un enjambre de puertas del universo, olas de amanecer y de naciente ternura.

Aquí estás tú, al este del corazón, haciendo sombra a la tempestad que se avecina. Ola de música extremada, enhiesta, salpicada con la espuma de Venus, recién llegando al acantilado de Marte.

Para completar la cotidiana integridad de los presentes cantos. Me niego a narrar lo que veo en tus ojos, al mirar en ellos alguna maravilla entrelazada, pero sé que no tengo derecho a negarlo a nadie.

Parece cosa de imaginación o fantasía, pero no por eso menos bella. Lucho entre la avaricia y mi natural generoso, creo que mi tesoro pierde virtud en manos ajenas, sin embargo callar me convierte en la millonaria más miserable.

Y aquí el tiempo no se detiene y la luz da su poder a la maravilla. Sé que no puedo decirlo correctamente, lo veo y no lo creo, lo escribo y se me despinta.

No me acostumbro...



No me acostumbro a la irreverencia
de cambiar sueños por cosas
no me acostumbro a ver la copa vacía
como tampoco a ver la copa llena
no me dejo atrapar por las ilusiones
o las fantasías
que me lleven a cambiar anhelos por personas
deseos por amor, cálculos por sentimientos

grabaré su nombre con cincel de fuego
con letras de amor y vida
para que nunca se borre de mi memoria
ni de la memoria del mundo
que no le cambiaré por nada

no me acostumbro a dejar de bendecir
en los días de jolgorios y festejos,
ni en las noches en que me miro frente al espejo
y lloro
por creer que todo es inútil
que todo está perdido
que no hay salvación
que nada hay más cruel que la vida
y sentirme vencida

No me acostumbro a ver pasar la vida de largo
así mi vida penda de un hilo
o de un soplo
no me acostumbro ni me acostumbraré
a aceptar el desastre, a dejar que todo se
hunda en olvido, a ver derrumbarse mi mundo
a que la catástrofe colme la copa de la iniquidad
no, mientras haya un aire, un vacío
una luz, un sonido excitante
un mar, una primavera
un sol...
no,
mientras tenga un halito de vida

lunes, abril 21, 2008

Lágrima para Alicias


Hay un agujero en el lado tras lúcido, si ese que es pejo
¿te atreves a mirar? mmm ¿Yah Ve? (eh) jeje

Alicia toda, todavía Alicia, la imagen teje
en dos planos, de dos planetas que se circundan

dos trasmundos, unos tras del otro, dos reflejos que se desentierran

que rotan en sentidos opuestos
que gimen en espiral y dilapidan su tiempo en delicias


Alicia en la segunda de las orbitas esquineras del mundo lunático
troceando espinas rayos y barcas del mar de la serenidad
sentidos sentimientos un mundo de locura
fases y antifaces collares y artilugios
domeñando al guasón
ocultando su más cara, máscara
que desesperada espera en la estación del tren


El Valet prendido a su disfraz
en su tren

acercándose a despejo detrás de su estación

su cuarto creciente, su orbita primaveral
su piragua

sosteniendo tormentas

el blando acero del agua

el llanto mustio de música carnal

en sus trenes funcionaron aquellos teatros

ella fue la atroz boletera de las butacas

él / baladista de las melodías de charly

pasiones / o amor / or love

gotta pay taxes, babe

en esto hay que dejar las memorias

porque si son derrotas, son sin lágrimas


con los ojos cerrados jugando con las palabras

Alicia dice: - viste!! ¿viste de donde vengo? – un espacio infinitamente minúsculo
Valet dice: - si, te vi salir del espejo de la estación del tren. Infinitamente expandida
O quizás era solo un reflejo -.
Alicia dice: - no, no, me dices que lo sentiste…
los sentimientos nuevos atraen no se pueden obviar, las marcas son inobjetables
no pudo haber sido obra de la imaginación
que sabes de sobra que es estrambótica / esto es realmente plástico

¿incluso acaso no te ha moldeado a vos mismo? -.
Valet dice: - ¡¡no, no, no me digas, qué esto es Verdad!! -.
-como no es verdad el olvido y los sueños repetidos que claman que el mundo de las fantasías no existe –


El valet llora una lágrima seca por Alicia. Llora por todas las ingenuas alicias
porque cuando hay derrotas llorar es una delicia.

(como el Valet rehusa ser veleteado, Alicia se ha deslizado) se oye una voz que dice: - ¡¡el que quiera perder su vida la salvará!!! - este es el modo como el valet goza del asombro y alicia de ser gozada


son días voraces bilocados / bigéminos que nunca se olvidan

y basta la danza de los planetarios para llagar todos los meses al lado oscuro de la luna

meses como meses de microsegundos, años luz reducidos a enanos, simples nanosegundos

del otro lado del espejo una victoria sangra como cualesquiera lunas moradas mares tranquilos sexados

con el valet sobre un unicornio y Alicia metamorfoseada en leona y todavía la imagen

en los semáforos de aquella derrota todavía suenan las bocinas y ululan las sirenas


marcha el tren masticando rieles.

con el muñón sangriento del cuerno del unicornio / lo veo y pienso:

todavía joven (a través del espejo)

todavía tonta (bajo tierra)

todavía necesitando veladoras veladas sintientes

pistas para valses

versos mojados con lágrimas teatrales de bufones videntes

todavía versos

correspondidos por el valet

sábado, abril 19, 2008

De noche se armoniza el mundo




Veo relámpagos y tras ellos oigo voces en el trasfondo de la noche, o quizá sólo sean rumores que parecen voces; entre el murmullo apenas si distingo una o dos sílabas del nombre secreto; no será a mí, no seré yo; en sueños he despertado dentro de otro sueño como si se tratara de universos comunicantes atrapados en habitaciones contiguas.

Creíste salir al campo abierto y das con otra sala de juegos y más allá otro cuarto de dormir o te sorprende que la estancia donde estás se desdoble y te miras tras el ventanal mirando el océano integro desde el confín. Y surgen delante de tus ojos aventuras entre dos mundos paralelos, la fiesta con el pijama a rayas y los anteojos ahumados. Las sombras tejen redes que parecen escalas para escalar las pendientes del olvido, por las noches, al salir las nieblas del pasado tienen en la sonrisa toda la cristalina luminosidad que nos empuja a rediseñar la vida y hacer que sepa a dulcedumbre la tristeza.

Ahora, por ejemplo, hay graffiti en la pared y mensajes secretos en las alcobas, pues no estás a mi lado, y hay una lenta prisa en estos dardos solitarios que se destrozan a sí mismos con fulgores de alegría. Voces, cantos, días, noches, sueños, distancia, que devanan el capullo del inconstante ser, manos vueltas hacia arriba al descubierto, debajo del antifaz del paraíso; poniente de pájaro en la mano. El árbol perfumado vuela más alto que la luna y prosiguen los relámpagos ascendidos a un aire de mejor linaje, y nadie sabe como late la armonía puesta en su cuerpo, mirando cada cosa donde la vida comienza nueva de bondades, sin más, y así seguirá la resonancia de las voces y los sueños, mientras esa mirada reine en los astros y nosotros.

Cuento velado o no velado



Voy a contarles una historia que amenaza con borrarse de mi mente. Ocurrió allá, lejos, mientras yo no siempre aquí, a veces lejos muy lejos. Y ya hace tiempo. No recuerdo el país ni la fecha de los acontecimientos, pero ahora que los rememoro, parece cosa del hoy, igual como si la estuviera soñando.

A lo lejos observo que hay un hombre y una mujer que a duras penas pueden verse por la distancia. Fijo mi atención en ellos y me acerco un poco para tener una visión más precisa mas no logro identificarlos, ambos lucen cansados después del trajín del día y sus rostros se ven transfigurados. Me sorprende percatarme que entre ellos hay una especie de dialogo secreto, premeditado. Son como actores de una novela y representan su papel en el lenguaje exacto de la verdadera magia. Se abrazan, se enternecen, se ciñen, se sumerjen. Dicen que si y que no por cualquier cosa. Por ejemplo, el uno dice cama la otra dice mesa, disfrutan de los mismos manjares y se complementan. Él el sol, ella la luna. Se velan mutuamente atrapando sueños. Juntos dibujan un arco, pero ignoran en común el dibujo del cielo. De súbito el hombre calla, se disuelve en el silencio borroso como niebla en la luz. La mujer sigue hablando callada con sus labios atrapados entre los de él y con absoluta autenticidad es capaz de suplir el guión dramático. Piensa sobre y contra ella sin darse cuenta. Cree haber descubierto el gran rito ancestral de la luz. Sueña que ha conseguido cristalizar la energía para lograr la paz, siente un sobresalto y despierta muerta.

¡Joder qué patético!.

Pero según los informes confidenciales del pentágono así acontece todos los días.

jueves, abril 17, 2008

Pluma recargada



quien domina la incertidumbre
la alfombra de epitafios
los océanos de romeos y julietas

quien los denuncia proscriptos

quien osa abrir los portales a otros ámbitos

quien se apodera de los pecados

o de los laberintos

en estas colosales macetas de ídolos

y quien los ve nacer

y quien los ve morir

y nacer y vuelta a morir

besando los límites de la revolución
historia negras
armarios de tropas
recargados de nombres y fechas

cargando lo que parecen ser almas o ropas

vistiendo uniformes de generales y coronelas
con las lanzas erizadas
con los plomos insomnes
con aires de estelas químicas
a la luz de las velas
fogonazos de esperanzas dolidas
y dudas a quemarropa

los alhajeros repletos de conspiraciones

y catástrofes

y los baúles vacíos de porvenir

martes, abril 15, 2008

Las cicatrices del agro



el agrimensor partió

quién sabe a qué personales paraísos
y yo me quedé mirando sus infiernos
lo radical, la infinita llama oscura

pero el volvió

y cuando me vio

por supuesto palpó con horror

la furia hedonista en el surco

la evidencia de los teodolitos
el sentimiento agazapado
las montañas de escombros

la marca del arado

el punzón de la jabalina
la garra del espino
las marcas de la ternura y el exordio
sed de vida para los frívolos
para la tierra que padece de supremas ansias
el bálsamo, el néctar, la magna palabra
que abre las entrañas
y prepara la floresta
pero las cicatrices son el vínculo
(entre él y yo)
que integra los diversos instantes
agro de mi piel, más allá del tiempo

llenará tu copa al sonar la hora cumbre
el Bereshit que todo lo inicia

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