Instinto maquinal

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Despertar vespertino, aquel giro
absolutamente bello
dulce , despampanante
cero control y dominio
un cuerpo hermoso que es antítesis
del cálculo infinitesimal
ese que señalo con mis labios
me toma del cuello
me sella con un beso / soy
una más de la serie /sin cambios
máquina a la que me acerco
con el silencio incorrecto
con las palabras anatemizadas
no precisamente la maquina tratando de atraparte
con su garra y su insaciable sed
sino el andar maquinal, maquinando instintos
programación, inhibición de los deseos
agresividad versus sumisión
chat, sexo virtual, válvula de escape
sello de fraternidad que siempre se te escapa de la red
esa amistad que siempre soñaste
que se trastoco en amistad de maquina,
instinto antipersonal
ese surco en la espalda
que dobla y se apareja hacia delante
prótesis fálicas, marcapasos
senos de siliconas, lentes intraoculares
montes oscuros / eso: micos y monos y mocos
erectos, pesadillas de memoria / códigos
heredamos el hermoso galanteo
de una bestia sin pulimentos
el orgullo sin contener
nuestro rostro abofeteado
por el propio donaire de nuestras máquinas
caricias sofisticadas
de celulares magnánimos
columpiándose entre el antídoto y el vació
de la llamada silenciosa (matinal)
cifrada y descifrada al azar
la comunicación cerrada por evolución
embalada por revolución
de un tren que discurre sin estaciones
ni boletos sobre sus espinas dorsales
columnas paralelas dragantes de punta
que atraviesan árboles genealógicos
patatas que cumplen años de soledad
damiselas pulverizadas, polvo tras polvo
sin entender palabra
duerme vela entra las nalgas
de sus primaveras aspaventosas
sin entender el sentido impúdico
de ser Eva / que eternidad sin contener nada
que instinto, que floresta, que mamada
algo diferente, algo nuestro
sin índice
intransferible, independiente
quien será el que apostará contra señores
o contra señoras, ¿Quién les aplastará?
pilas, cadáveres en hervor de edades
una maquina plegadiza
una pesadilla plegada
o la muesca en el escozor
un sentir abstracto, una sensación puesta a hibernar
lo que no se piensa pero se siente
en dulzura de cuerpo, de mirada
sin ningún fin
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